DISCO SOLIDO SSD SATA 2.5 KINGSTON 960GB BLISTER, DC600M

Características del Producto

Diseñado para entornos de centros de datos: Optimizado para aplicaciones RAID de servidor con alta demanda, priorizando baja latencia y consistencia en las operaciones de entrada/salida (E/S).
Protección contra pérdidas de alimentación (PLP): Condensadores integrados que protegen los datos del usuario ante interrupciones eléctricas imprevistas, mejorando la fiabilidad del sistema.
Consistencia en latencia y IOPS: Garantiza un rendimiento predecible y estable, esencial para cumplir con los acuerdos de nivel de servicio (SLA).
Amplia gama de capacidades: Disponible en capacidades desde 480 GB hasta 7680 GB, adaptándose a diversas necesidades de almacenamiento.

Especificaciones del Producto

Factor de forma: 2,5 pulgadas
Interfaz: SATA Rev. 3.0 (6 Gbps), retrocompatible con SATA Rev. 2.0 (3 Gbps)
Capacidad: 960 GB
Tipo de NAND: 3D TLC
Caché DRAM: Sí
Velocidades de lectura/escritura secuenciales: Hasta 560 MB/s en lectura y 530 MB/s en escritura
Rendimiento de lectura/escritura aleatoria 4K: Hasta 94,000 IOPS en lectura y 65,000 IOPS en escritura
Latencia típica: <200 µs en lectura y <30 µs en escritura
Durabilidad: 1752 TBW (Terabytes escritos), 1 DWPD (Drive Writes Per Day) durante 5 años
Consumo de energía: En reposo: 1,3 W; promedio: 1,45 W; máximo: 3,6 W
Temperatura de funcionamiento: 0°C a 70°C
Dimensiones: 100,1 mm x 69,85 mm x 7 mm
Peso: 92,34 g

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El Kingston DC600M es un disco de estado sólido (SSD) de 2,5 pulgadas diseñado para entornos empresariales y centros de datos. Este SSD SATA de cuarta generación ofrece una interfaz SATA 3.0 de 6 Gbps y utiliza memoria NAND 3D TLC, lo que lo hace ideal para cargas de trabajo de uso mixto. Su diseño robusto y características avanzadas garantizan un rendimiento consistente y una alta fiabilidad en aplicaciones críticas.

Una de las características destacadas del DC600M es su protección contra pérdidas de alimentación (PLP) basada en hardware. Esta función utiliza condensadores integrados que protegen los datos en caso de cortes eléctricos inesperados, asegurando que la unidad se reinicie correctamente al restaurarse la energía. Además, el SSD está optimizado para ofrecer una latencia baja y consistente, cumpliendo con los estrictos acuerdos de nivel de servicio (SLA) requeridos en entornos de centros de datos.